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¿Por qué los profesionales de la Técnica Alexander insisten en llamarse profesores?

21 junio, 2011. Simon Fitzgibbon

Si con la Técnica Alexander es probable que la gente experimente alivio de dolores, y esto es, después de todo, un motivo muy común para acudir a ella, ¿por qué los profesionales de la Técnica insisten en llamarse profesores en lugar de terapeutas?

La confusión, aunque comprensible, es importante aclarar. Si uno quiere beneficiarse al máximo de la Técnica, es vital que comprenda qué es. Así también se evitará posibles decepciones si no se cumplen expectativas basadas en esta falta de comprensión.

por qué
Imagen de Marco Bellucci

La Técnica es una forma de auto-ayuda. Uno recibe clases de ella, no un pasivo «tratamiento Alexander». Es decir, la Técnica Alexander es algo que se aprende, algo que hay que poner en práctica para sacarle provecho.

Se les enseña a los alumnos a evitar patrones habituales y dañinos de sostén postural, de movimiento y de reacción; los cuales puedan causar o predisponer a todo tipo de síntomas y dificultades.  Las clases sólo pueden tener éxito en la medida que el alumno ponga en práctica lo aprendido, y cualquier problema específico sólo puede mejorarse en la medida en que esté causado o agravado por estos patrones. En términos prácticos, independientemente de por qué el alumno ha decidido tomar clases, el profesor se dedica a enseñarle la Técnica, no a tratar el síntoma que le aqueje. Los resultados se consiguen de forma indirecta. Uno con dolor de espalda, por ejemplo, experimenta alivio con clases de la Técnica porque ha aprendido cómo dejar de dañarse la espalda.

Un factor que contribuye a esta confusión es que los profesores de la Técnica usamos las manos durante las clases. No obstante, la forma en que las usamos dista mucho lo que se hace en las terapias corporales. Usamos las manos para facilitar el proceso de aprendizaje: para vigilar lo que los alumnos están haciendo; para guiarles en movimiento y proporcionarles una experiencia nueva, la de una coordinación mejorada.

Un profesor de la Técnica Alexander no pretende hacer un diagnóstico médico. Tampoco pretende «curar» directamente condiciones médicas. Se les pregunta a los alumnos que padecen de una condición médica si han acudido a un médico, y en caso negativo, se les anima que lo hagan. Todo lo anterior está estipulado en nuestro código deontológico, junto con el deber de informar de la naturaleza educativa de nuestro trabajo.

En resumen, los profesionales de la Técnica Alexander insistimos en llamarnos profesores porque nuestro cometido profesional es enseñar.

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Archivado en: La Técnica Alexander Etiquetado con: Dolor, Malentendidos, Postura

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Simon Fitzgibbon

Simon es profesor de la Técnica Alexander desde hace 20 años. Australiano de nacimiento, reside en Madrid desde el 1995. Es director de la Escuela de Formación de Profesores de la Técnica Alexander de Madrid desde su comienzo en el 2008. ¡Le encanta que dejen comentarios en su blog! [Más…]

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