Hace poco, recibí una solicitud de información sobre la escuela de formación de profesores de la Técnica Alexander que dirijo. Esta persona quería, entre otras cosas, una copia del «plan de estudios» de la escuela. Aunque podría parecer una petición razonable, me vi obligado a decepcionarle: contesté que no tenemos un Plan de estudios. La persona en cuestión no volvió a ponerse en contacto conmigo, pero tampoco esperaba que lo hiciera. No estaba preparado para iniciar la formación. De hecho, sospechaba que ni siquiera había tomado clases. La petición misma le había puesto en evidencia.
F.M. Alexander tituló su segundo libro Control consciente y constructivo del individuo. Ante la sugerencia de algunos de que quitara lo de «del individuo» para abreviarlo un poco, Alexander contestó que era impensable, del individuo era la parte más importante del título.
El proceso de aprendizaje de la Técnica —aprenderla, aprender a ponerla en práctica, y desde luego, aprender a enseñarla— es un proceso individual. Es necesariamente diferente para cada uno. Desde el punto de vista de la formación de profesores, no tendría sentido intentar formular un sistema tipo: en el trimestre X, todos deben leer estos libros, hacer estos ejercicios y ser capaces de realizar los siguientes procedimientos. Aunque es lícito evaluar a un alumno, no hay lugar para exámenes del tipo que uno tendría que aprobar para pasar al siguiente curso.
Es un viaje de descubrimiento personal. Cada uno tiene que tomar responsabilidad por su progreso. Unos ejemplos:
Con los cambios que se está produciendo en el cuerpo, es típico que se pasa por fases de cansancio, y a veces, cansancio profundo. Cuando uno está pasando por una etapa así, es sensato dedicar mucho tiempo a tumbarse, a hacer un poco de reposo activo. No se puede prever cuándo uno va a pasar por una de estas fases, ni cuánto va a durar y, como es lógico, sería ingenuo imaginar que todos pasan por estas fases al mismo tiempo. Es, por tanto, recomendable que unas personas no participan en actividades que están realizando el resto del grupo, cuando están en ciertos puntos de su camino.
El estudio de la anatomía sí forma parte de los estudios de la escuela pero no hay exámenes y ni siquiera la obligación de prestar atención. Durante el proceso de aprendizaje, hay momentos en los cuales la anatomía, por ejemplo, no nos dice nada, y otros en que no fascine. El momento de aprenderla es el momento en que nos interesa.
La iniciativa, curiosidad y responsabilidad individual es lo que cuenta. Presión externa en cuanto al aprendizaje teórico es contraproducente. La asimilación del trabajo práctico tampoco se puede forzar. El reconocimiento de estos hechos, y actuando conforme con ellos, es una aplicación práctica de la Técnica Alexander: razonar el medio por el cual la mejor manera de alcanzar nuestros objetivos.
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