La mayoría de los alumnos de la Escuela de Formación de Madrid no dominan mucho el inglés, lo cual es un problema porque la mayoría de la bibliografía sobre la Técnica está en este idioma. A pesar del gran esfuerzo de traducción por parte de los profesores hispano-parlantes de todo el mundo, todavía faltan muchos libros por traducir que para mi son fundamentales. Así que, a lo largo de estos años he ido desarrollando la capacidad de hacer traducciones instantáneas, es decir, coger un libro en inglés y ‘leerlo’ en voz alta en castellano delante de la clase.
No obstante, esta solución no soluciona nada para los interesados que no estáis en la escuela. Por eso, he pensado que podría traducir algunos párrafos sueltos de estos libros a medida que los vaya leyendo en clase y comentarlos aquí tal y como hago para el grupo. De esta forma, algo del contenido de estos libros tan importantes llegará a más gente.
Justo antes del las vacaciones, empezamos a leer Personally Speaking: Walter Carrington on the F. M. Alexander Technique in discussion with Seán Carey (Hablando personalmente: Walter Carrington sobre la Técnica de F. M. Alexander en conversación con Seán Carey). Para los que no saben, Walter es uno de los profesores más influyentes dentro del mundo de la Técnica. Se formó con el mismo Alexander, trabajó junto a él durante muchos años y continuó la escuela de formación de Alexander después de la muerte de este.
En su introducción al libro, John Nicholls destaca uno de mis pasajes favoritos:*
Respecto a las opiniones de Alexander, Walter dice el siguiente:
— Por supuesto, cuando cito a Alexander sobre estos asuntos, estoy perfectamente consciente de que él no era el Papa, de que nada sea verdad por el mero hecho de que él lo dijo. Estoy dispuesto a considerar la posibilidad de que él estaba totalmente equivocado. De hecho, en todos los asuntos de los cuales hemos estado hablando, es cuestión de experimentar e intentar averiguar la verdad por uno mismo.
Se podría decir que esto es una expresión del sentido común, pero, ¡ya sabéis lo que dicen del sentido común!
Walter habría dicho lo mismo respecto a sus opiniones y es imprescindible que cualquiera que tome clases de la Técnica tenga esta misma actitud respecto tanto a su profesor como a si mismo. Es decir, el profesor no es una autoridad infalible y el alumno tampoco. Algo no es verdad porque nos lo dicen y tampoco es mentira si no cuadra con nuestra comprensión actual de las cosas. Las dos actitudes son una barrera potente al aprendizaje. Como se trata de una técnica práctica, el que no hace el esfuerzo para entenderla de forma práctica, realmente no ha aprendido nada. Hay que poner todo a prueba, tanto si nos parece razonable como si no. No vale poder hablar sabiamente sobre la Técnica, hay que poder implementarla de forma práctica.
Además, hay que entender que la comprensión es algo que va madurando con el tiempo y con la acumulación de más experiencia. Conviene siempre estar abierto a la posibilidad de llegar a una comprensión más profunda de algo que ya hemos aprendido, de aprender algo nuevo que nos hace reflexionar sobre temas aparentemente resueltos o de incluso cambiarnos radicalmente de idea. Lo que nos parece equivocado en algún momento nos puede convencer más tarde y la inversa.
Para aprender la Técnica, hay que enfrentarse con hábitos propios, y esto implica enfrentarnos con nuestras ideas preconcebidas. Es por esto que el aprendizaje puede ser un proceso largo y duro.
Es importante evitar el guruismo, de aceptar de forma sumisa todo lo que nos dice nuestro profesor. Hay que convencernos a nosotros mismos en la práctica. Al mismo tiempo, es importante no descartar a la ligera todo que no nos cuadra. Llevo ya casi 25 años con la Técnica. No tengo más remedio que reírme cuando pienso en todas las cosas que me parecen tan evidentes hoy día que, no obstante, antes me parecían una estupidez.
Un profesor de la Técnica me comentó hace poco que en su última clase con Walter, unas pocas semanas antes de su muerte, Walter le dijo:
—Sabes, últimamente me he estado replanteando todo esto de la relación cabeza/cuello.
Es decir, después de unos 70 años con la Técnica, seguía reflexionado sobre incluso lo más básico. ¡Una lección para todos!
* La cita se encuentra en la página 48 de la segunda edición. Aparece hacia el final de una larga respuesta a una solicitud por parte del entrevistador que Walter clarifique distintos puntos de desacuerdo sobre la mejor manera de formar a profesores de la Técnica.
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