Dejar el cuello libre es la primera de las direcciones primarias. Parece sencillo, pero casi todo el mundo mal interpreta lo que quiere decir.
Un poco de historia
En un principio, Alexander decía “relaja el cuello” (relax the neck) para explicar lo que quería, pero se sorprendió descubrir cómo la gente reaccionaba a sus palabras. Para él era claro: quería que el alumno dejara de bloquearse, o ponerse rígido, el cuello. No obstante, la mayoría de las personas entendían que se le estaba pidiendo fue que hiciera algo y por lo tanto tendía a derrumbarse el cuello (¡cuando no todo la espalda!.)
Así que Alexander decidió aclarar lo que quería para que la gente captara que se trataba de una idea preventiva. La dirección empezó a expresarse como “dejar el cuello libre” (allow the neck to be free).
Este cambio no solucionó todos los malentendidos, no obstante, aunque sí suponía una mejora. El concepto de la prevención no es algo que entendemos fácilmente como regla general. Es muy difícil convencerse de que se pueda mejorar una situación por medio de evitar lo incorrecto. Tendemos a dar por sentado que hay que hacer algo, activamente, sino todo seguirá igual.
Así que, aunque no era una solución perfecta, Alexander se conformaba con que esta frase, junto con la ayuda de un profesor, sería suficiente.
Mi presente
En mi enseñanza utilizo la frase “dejar el cuello libre” junto con variaciones tipo “deja el cuello en paz”, “no hagas nada con el cuello” o “permitir que el cuello esté libre”, etc, siempre vigilando cómo el alumno reacciona a estas palabras para asegurarme de que me están entendiendo. Estas cuatro palabras tan aparentemente sencillas pueden causar mucha confusión ya que en realidad se tratan de una etiqueta, una abreviatura de algo mucho más sutil y complejo.
Para empezar, “dejar el cuello libre” es una traducción y siempre hay que tener cuidado con las ideas implícitas que una traducción pueda introducir que no están en el original y visa versa.
Dejar
Por ejemplo, el otro día un alumno me dijo que él siempre había entendido la primera palabra, ‘dejar’, en el sentido de dejar a un lado, o abandonar. Me supuso una gran sorpresa ya que yo jamás lo había pensado así. “Allow” en inglés no tiene ninguna connotación parecida, así que nunca se me había ocurrido entender “dejar” de esa forma en ese contexto. La verdad es que el motivo principal del porqué utilizo esta traducción es que así lo aprendí de un libro de la Técnica traducido al castellano antes de mis primeras clases es España. Consulté un libro porque mi castellano por entonces fue muy, muy limitado …
El cuello
“El cuello” también parece muy sencillo, pero me han comentado varias profesores de distintos países que se habían formado en inglés que, al volver a sus países, tenían que pensar mucho qué era exactamente lo que querían decir con “cuello”, ya que en su idioma materno había varias palabras que podrían utilizar. En castellano no hay realmente este problema, pero una alternativa (errónea) podría ser “la nuca”. De hecho, he oído a angloparlantes nativos decir “la parte de atrás del cuello” (the back of the neck), así que quizá no es tan disparatada pensar que uno podría decir ‘nuca’ en lugar de ‘cuello’.
Yo utilizo “cuello”, y con eso quiero decir todo el cuello. Normalmente tomo algo de tiempo en explicar qué es el cuello, su longitud, anchura, profundidad y circunferencia. La gente suele sorprenderse al descubrir que su cuello no es nada como lo imagina: un tubo simétrico con una longitud fácil de medir.*
Libre
Así que llegamos a la palabra más ambigua. ¿Que queremos decir con libre? ¿Libre de qué?
“Muy fácil”, dirían algunos, “libre de tensión”. No obstante, la cabeza es un objeto pesado, 5 kilogramos aproximadamente, y el cuello es una estructura muy flexible. Un cuello sin tensión, o sea, tono muscular*, sería muy peligroso. ¿Libre de tensión excesiva, quizá? Parece más sensato como idea pero, ¿cómo voy a identificar tensión excesiva y qué es lo que nos hace pensar que vamos a ser capaces de liberarnos de ella? La tensión excesiva, después de todo, no es fruto ni de la ignorancia ni del capricho. Es una síntoma de una situación más compleja.
Cuando hablamos de dejar el cuello libre, nos referimos a libre de interferencia y, no nos engañemos, estamos hablando de interferencia nuestra. Es decir, hay que dejar de imponernos nuestra idea de lo que debería estar haciendo el cuello, dejar de controlar lo que está haciendo el cuello.


¿Que es lo que normalmente intentamos controlar? Principalmente dos cosas, su posición —dónde está— y su tono muscular —lo que está haciendo—. Es decir, como regla general colocamos el cuello e intentamos controlar el grado de tensión/relajación que tenga.
Ahora bien, muchos dirían que no controlan sus cuellos, que no impongan nada. Lo que pasa, más bien, es todo el contrario, ¡queel cuello les impongan cosas a ellos! Esta impresión es comprensible y, de hecho, es parte del problema. Dado que lo que hacemos con el cuello es habitual, no nos parece algo que hacemos nosotros, sino simplemente algo que ocurre. Parece parte de nosotros.
No obstante, se puede demostrar fácilmente la falacia de esta afirmación en una clase. Si el profesor mueva el cuello del alumno, incluso muy poco, y lo deja ahí, el alumno siempre tiene una sensación de extrañeza, de incorrección. Lo mismo se puede decir de la tensión muscular. Es decir, tenemos una idea muy fija de lo que debería estar haciendo el cuello, pero el hecho de que lo está haciendo casi siempre hace que no nos demos cuenta de su existencia.
¿Para qué sirve un cuello libre?
Como mencioné más arriba, la cabeza es un objeto pesado y el cuello es una estructura flexible. Esto no es un fallo de diseño pero obviamente algo tiene que suceder para que podamos sostenernos la cabeza. Pues resulta que tenemos un mecanismo automático muy sofisticado precisamente para esta función, así que es cuestión de dejar que funcione, permitir que pueda hacer lo que tiene que hacer sin interferencia.
Es decir, hay que dejar el cuello libre de interferencia nuestra para que pueda responder adecuadamente a la exigencia —la necesidad— de sostener el peso de la cabeza. Esta es la primera consideración. Si lo conseguimos, la cabeza tiende a ir hacia delante y hacia arriba, y esto será el tema de otra entrada …
*Aquí no es el lugar para entrar en más detalle, lo puedo hacer en otra entrada. Para haceros una idea, ¿que diríais si os dijera que casi todas las vértebras del cuello están detrás de la mandíbula, que gran parte de lo que referimos coloquialmente como cuello corresponde a las vértebras torácicas?
**Siempre me ha parecido curioso las connotaciones que tienen algunas palabras. Refiriéndome a la misma cosa, el efecto en la gente cambia mucho según las palabras que utilizamos. Por ejemplo, si hablo de tensión, la gente no duda en que es algo malo. Sin embargo, si digo tono muscular, pues ya parece algo sano y deseable. La idea expresada en estar “sin tensión” y estar “sin tono muscular” no parece para nada apuntar a la misma situación. Aunque se podría argumentar que “tensión” en este contexto significa “tensión excesiva”, es innegable que cuando la gente intenta estar “sin tensiones” suele resultar en un derrumbe más acorde con estar sin tono muscular.
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