Ellos pueden tener un concepto intelectual de lo que quieren y pueden anotar lo que quieren lograr, pero, ¿cómo van a hacerlo? No están haciendo lo (la cosa) que cambia todo lo demás.
(They may have an intellectual conception of what they want, and they may write down the changes they want to bring about, but how are they going to do it? They are not doing the thing that alters the rest.)
No podemos saber con certeza quiénes eran “ellos” en este aforismo, pero no me cabe duda a qué se refiere cuando habla de “la cosa” que cambia todo lo demás.
“Ellos” podrían haber sido médicos, terapeutas o incluso profesores de alguna disciplina (deporte, canto, yoga, etc.). Da lo mismo. A todos les falta una conciencia y comprensión de lo que Alexander denominó el control primario.
¿Control Primario?
Alexander lo definía como:
un cierto uso de la cabeza y cuello en relación con el resto de cuerpo.*
y su valor radicaba en que:
gobierna el funcionamiento de todos los mecanismos y, por tanto, hace que el control del complejo organismo humano comparativamente sencillo.
The Use of the Self. F. Matthias Alexander (Methuen, 1932, London) pp. 59-60.
Le frusta a mucha gente lo de “un cierto uso”. ¿No podría haber sido un poco más específico? Pues, la verdad es que no, ya que no se trata de una posición (lo que casi todo se imagine —¿desea?— al principio), sino de una dinámica, una dinámica que no sólo es diferente para cada uno, es también diferente de momento a momento en la misma persona.
Saber qué es puede resultar interesante, pero lo importante a nivel práctico es saber cómo influir positivamente en ello, como sacarle provecho. Esto, en esencia, es en qué consiste las clases de la Técnica Alexander.
y una vez que el alumno ha inhibido la mala dirección instintiva que le lleva a su uso habitual erróneo, el profesor debe empezar el proceso de construir el nuevo uso por medio de darle al alumno la dirección primaria para el establecimiento de este control primario.
The Use of the Self. F. Matthias Alexander (Methuen, 1932, London) pp. 59-60.
No es algo que se pueda “hacer” en el sentido normal de la palabra. El papel del profesor es, por tanto, proporcionarle al alumno la experiencia, y más importante, iniciarle y guiarle en el camino de poder conseguir “un empleo correcto del control primario” solo.
Una consideración práctica
Para Alexander, el control primario no era un concepto teórico, sino algo que había observado, algo que había descubierto en la práctica.
Descubrí que, en efecto, el uso de las partes, empezando por el uso de la cabeza en relación con el cuello, constituía un control primario de los mecanismos como un todo, que conlleva un control en proceso de todo el organismo, y que cuando interfería con el empleo del control primario de mi manera de uso, esto siempre estaba asociado con una bajada del nivel de funcionamiento general. Esto me llevo a la conclusión que había descubierto una forma por la cual podemos juzgar si la influencia de nuestra manera de uso nos está afectando nuestro funcionamiento general negativamente o no, el criterio siendo si esta manera de uso interfiere con el empleo correcto del control primario.
The Universal Constant in Living. F. M. Alexander (Mouritz, 2000, London), p 8.
Es importante tener claro que cuando Alexander denominaba este empleo del control primario como “correcto”, se basaba en el efecto que tenía sobre su estado general. No obedecía ninguna idea preconcebida.
Comprensión del control primario tiene dos ventajas enormes. Primero, nos proporciona un criterio para juzgar si nuestra forma de hacer las cosas en general, o una cosa en particular, nos está perjudicando o no, y además, nos proporciona la clave para volver si nos damos cuenta de que hemos ido por mal camino. Sin una comprensión del control primario, no sabemos por dónde empezar, no está claro si estamos mejorando o simplemente trasladando el problema de un sitio a otro. Todo se vuelve complicado.
He citado mucho a Alexander en esta entrada, así que me parece apropiado que le deje tener la última palabra:
El control primario esta disponible para cualquiera que desea usarlo.
«Bedford Physical Training College Lecture» (1934) en Articles and Lectures. F. M. Alexander (Mouritz, 1995, London), p 164.
* Las traducciones son mías.
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