En el libro La Técnica Alexander: el sistema mundialmente reconocido para la coordinación cuerpo-mente (Ed. Paidos Ibérica 2006), encontramos, junto con textos seleccionados de los cuatro libros de Alexander, una serie de aforismos.* Estos aforismos me parecen muy interesantes ya que nos permiten escuchar a Alexander exponer sus ideas de forma más espontánea que en sus libros, y su utilidad principal, a mi parecer, reside en que pueden servir como un medio para estimular la reflexión – sobre la Técnica y, más importante, sobre nuestra experiencia de ella.
La experiencia que uno tenga con la Técnica influirá mucho como los interpreta, y por lo tanto es importante no ceñirnos a una sola interpretación, ni buscar el significado «correcto». Nuestra comprensión de ellos debería cambiar con el paso del tiempo. Hay que seguir relacionándolos con nuestra experiencia propia para poder llegar a una comprensión cada vez más profunda. De hecho, voy a comentar mi traducción de los aforismos originales en lugar de la que aparece en el libro porque, a mi parecer, el traductor del libro mal interpreta, y a veces mucho, el significado de ellos precisamente por falta de conocimiento de la Técnica. (Una pena ya que la traducción del resto del libro está bastante bien.)
Pero primero conviene tener en cuenta algunas cosas. La primera es que Alexander no los escribió como tal. Ethel Webb, su secretaria y ayudante, a menudo escuchaba a Alexander mientras él daba sus clases y apuntaba las cosas que le llamaron la atención a ella. La segunda es que cada aforismo es algo que Alexander dijo a un alumno en concreto en un momento dado, y por lo tanto, no deberíamos tomarlos como necesariamente aplicable ni a todo el mundo ni en todo momento. Y por último, la palabra hablada suele ser bastante menos cuidada que la palabra escrita. Todo esto, junto con que no sabemos nada sobre las personas a quienes Alexander se dirigía, ni el contexto concreto de las conversaciones, hace que a menudo es difícil saber a qué se refería exactamente (y por eso, la dificultad de traducción para los que no tengan experiencia de la Técnica).
Mis comentarios son mis ideas en el momento de escribirlos, y seguramente cambiarán en el futuro. Repito, veo el valor principal de estos aforismos en su capacidad de estimular la reflexión. No descarto ir ampliándolos y cualquier comentario es bienvenido.
* Los originales están disponibles en libro Aphorisms. Otra opción es buscar un ejemplar de segunda mano del libro de Maisel The Alexander Technique: The Essential Writings of F. Matthias Alexander, desafortunadamente descatalogado (Amazon y Abe books son buenos sitos para encontrarlos).
Así que empezamos con:
Esto no es respirar; es levantar el pecho y desplomarse.
(This isn’t breathing; it’s lifting your chest and collapsing.)
Bastantes aforismos de Alexander tienen relación con la respiración. Gran parte de su reputación en los inicios de su carrera se debía a su capacidad de enseñar a la gente como respirar mejor. De hecho, se le conocieron como el «experto de la respiración» (the breathing man).
Parece que Alexander está describiendo aquí la forma de «respiración profunda» que los «expertos» recomendaba por entonces, y que todavía se recomienda en algunos círculos. Consiste en forzar todo el aire dentro de los pulmones que puedas, elevando el pecho y arqueando la espalda hacia atrás, para a continuación expulsar todo lo que puedas, hundiendo el pecho y encorvando la espalda hacia delante. Estas recomendaciones se basan en la idea de ejercer al máximo el mecanismo respiratorio, y se presupone que con esto se mejoraría su funcionamiento general. Es la misma idea simplona que subyace muchos tipos de ejercicio.
El problema es que este ejercicio no sólo no tiene nada que ver con las exigencias reales de la respiración, sino que también implica unos usos dañinos de otras partes del cuerpo. Así que es peor que no hacer nada: no mejorara la respiración y crea problemas nuevos. Por eso Alexander dice «esto no es respirar». Lo que uno está desarrollando al realizar este ejercicio es su capacidad de «levantar el pecho y desplomarse». Si uno practica esto, aumentará sin duda su capacidad de hacerlo. Pero, ¿qué ventaja hay en eso?
La idea de Alexander es recuperar un funcionamiento correcto del mecanismo respiratorio por medio de un uso correcto de ello, y esto se consigue por medio de un proceso de no interferir con la respiración, de dejar que funcione, en lugar de ejercitarlo directamente. Se basa en la comprensión de que no se puede separar un uso correcto del mecanismo respiratorio de un uso correcto de todo el organismo y que cualquier forma de respirar que no respeta la totalidad, que perjudica otras partes en el intento de mejorar algo en concreto, tarde o temprano va a pasar factura.
Su solución era coordinar todo en lugar de buscar una mejora específica. La gran mejora de la respiración que se consigue por medio de la Técnica Alexander es el resultado indirecto de esta mejora general.
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