He estado bastante ausente del blog recientemente ya que he estado muy ocupado. Por una parte, he tenido mucho trabajo, pero lo más importante es que he tenido muchas cosas que organizar. Resulta que, después de 20 años en España, vuelvo a Australia de forma definitiva. [Más…]
¿Las direcciones son perjudiciales?
En una entrada anterior, mencioné que me parece peligroso presentar las direcciones a los que tenga poca o ninguna experiencia de la Técnica Alexander, como ocurre en mucha literatura promocional sobre ella. Pensé que podría explicarme en un poco más en detalle.
Además de peligroso, dije que una introducción precipitada de la direcciones sólo genera confusión, y que hiciera falta bastante familiaridad con la inhibición y el no-hacer antes de que puedan ser útiles.
Voy a ir aún más lejos y decir que el problema no sólo existe entorno a los artículos y libros sobre la Técnica, situaciones en las que no hay un profesor que puede explicar bien el concepto, sino también en las primeras clases de la Técnica. [Más…]
Sesgo de confirmación
Como es bastante evidente, el español no es mi lengua materna. Cuando llegué a España no hablaba ni jota de ello. Además del reto del idioma, se añade el hecho de que fui un profesor recién graduado. No obstante, después de un tiempo, empezaba a tener la sensación de qué me estaba explicando bien, ¡y en español! Fue una gran decepción cuando muchos de mis alumnos me hacían preguntas o comentarios, en la misma clase o más tarde, que demostraba que no me habían entendido nada, o peor aún, ¡habían entendido lo contrario de lo que había dicho!
Me preguntaba si era un problema de idioma o simplemente que yo me explicaba mal. Pensándolo bien, me acordaba de que me había pasado lo mismo cuando daba clase en Australia y en Inglaterra, y de hecho, había observado lo mismo con los alumnos de mi profesora cuando yo trabajaba como su ayudante. Así que, si no problemas de idioma, el profesor se explica bien, y el alumno no es tonto, ¿cómo se explica esta enigma? [Más…]
Imitación
Consciente de ello o no, todos traemos con nosotros nuestras ideas preconcebidas sobre el aprendizaje cuando nos acercamos a una actividad nueva. Esto no tiene porque suponer un problema y la verdad es que sólo empezamos a percatar la presencia de ellas cuando tienen alguna incompatibilidad importante con lo que pretendemos aprender.
La Técnica Alexander es algo que se aprenda, pero es un aprendizaje fundamentalmente diferente a la mayoría de las cosas que hemos aprendido a hacer. La diferencia radica en su naturaleza: no se trata de aprender cómo hacer algo específico, sino cómo usarnos a nosotros mismos mejor en general, algo que se puede poner en práctica en cualquier actividad. [Más…]
El uso del espejo
Antes de empezar a tomar clases de la Técnica Alexander, muchos suponen que —incluso sin saber mucho de la historia de F.M. Alexander— que un espejo va a formar una gran parte de las clases. ¿Cómo van a aprender las posturas correctas si no? ¿Cómo sabrán cuándo están haciendo lo correcto, o poder recordarlo fuera de la clase?
Así que, es una gran sorpresa descubrir que, como regla general, no ponemos los alumnos delante de un espejo —¡a pesar de que suele haber unos cuantos por la habitación! Luego descubren que Alexander pasó gran parte de su tiempo delante de un espejo mientras hacía sus descubrimientos, y la perplejidad aumenta. [Más…]